26 de agosto:Día Nacional de la Solidaridad
Aprender a ser
Solidarios (Primera Parte)
Del libro COMUNICACIÓN , UNA DANZA PARA MEJORAR NUESTRAS RELACIONES. LAURA BARRERA. EDITORIAL BRUJAS. 2006. PRÓLOGO CLAUDIO MARIA DOMINGUEZ.
¿Se aprende a ser solidario? ¿Para qué es
importante la solidaridad?
Ser
solidario es un acto de amor puro. Implica ayudar sin expectativas de
recompensa. Es el servicio al otro, que está presente en todas las religiones,
cada una desde su propio dogma.
Es
acción. Dar al otro una mano para que pueda atravesar su camino de manera
diferente. Ayudándolo, no haciendo por él. Como dice el famoso proverbio
“Dando la caña de pescar y no el pescado”.
La
indignación, la lástima, la bronca o la simple contemplación de los problemas
no alcanzan para generar un cambio en la situación que atraviesan otros. Ser
solidario implica que cuando surja el sentimiento de compasión, estemos
dispuestos a hacer algo. Dispuestos a colaborar hombro a hombro, aún cuando
creamos que lo que cada uno hace no alcanza para que los problemas del mundo o
de nuestro país se terminen, o pensemos que la otra persona nada tiene que ver
con nosotros.
No
somos seres aislados, individuos independientes del resto del mundo. No somos
islas, somos una “gran cadena de infinitos eslabones” que nos unen a nuestra
familia, nuestros vecinos, nuestra comunidad, nuestro país, nuestro mundo. Y
también nos une a las generaciones que nos precedieron y a aquellas que nos
seguirán.
Lo
que hagamos influye en cada uno de los eslabones. Podemos coordinar esfuerzos,
formar opinión con otros. Podemos multiplicar nuestras voces y nuestras manos.
La gente puede unirse y lograr resultados extraordinarios.
Desde el uno a uno, se pueden lograr maneras
diferentes de actuar y de “ser junto a otros”.
Basta
con ver a un Gandhi enseñando y practicando la no violencia, o a la Madre
Teresa poniendo su amor en acción.
Ser
solidario implica dejar de lado la indiferencia, la apatía y el escepticismo.
Implica jugarse por una realidad diferente que todos podemos construir, en la
cual siempre podamos contar con otros y los demás siempre puedan contar con
nosotros.
La
mayoría solemos sentir miedo y desconfiar a la hora de participar o de ser
solidarios. Casi nadie confía en el poder que cada uno tiene de transformar la
realidad. No confiamos muchas veces en
la fuerza transformadora que podemos lograr.
Quizás
llegó la hora de dejar de esperar y dejar de mirar hacia afuera. La verdadera
transformación probablemente está adentro de cada uno de nosotros y es
responsabilidad de todos y de cada uno salir adelante creando y aprendiendo la
solidaridad.
A
ver si de una vez por todas podemos encontrarnos en nuestro país en un lazo de
unión y de compromiso compartido como hasta ahora no lo hemos hecho. No
podemos salir adelante si no sentimos la comunión con el otro. Si el de al lado es visto como un enemigo, un
competidor, un extraño.
Existen
grandes puentes de solidaridad en la Argentina, muchas veces anónimos,
silenciosos. Lo hemos demostrado reiteradamente. Pero voy un poquito más allá.
Hablo de puentes más cotidianos. Esos deben multiplicarse si queremos lograr
verdaderos cambios, encontrar alguna vez soluciones a nuestra crisis. Debe ser
una gran cadena de solidaridad cotidiana.
Confío
y creo firmemente en la capacidad de amor de nuestra gente.
Y
todo puede empezar hoy: en su casa, en su trabajo, con sus vecinos, en su
barrio. ¿En qué puede colaborar hoy con otros, en qué puede ayudar?
Quienes quieran sumarse a una acción solidaria los invito a hacerlo en el grupo @todos juntos por un hermano toba en el facebook. O a cualquier grupo o acción que resuene en su corazón!
No hay comentarios:
Publicar un comentario